Andaba José Luis del Ojo con su romance de alma en pena, de romería mediática, dando más vueltas por los platós que Belén Esteban; por todos menos por el nuestro, porque nosotros somos mu’ malos y nuestra es la culpa -y de los fiscales- de que en su partido le estén entonando un chotis de despedida.
Pues en ello estábamos, dándole la enésima revuelta a los expedientes de José Luis, cuando el mismo fiscal, antes de que alguien fuera tan osado que le acusara de plegarse a los intereses del PSOE -si no lo ha hecho ya-, soltó el cañonazo del Parque Nevada y cogió con alfileres la sonrisa del ‘clan de Armilla’; a pesar de que a Morales Cara las decisiones judiciales no le dejan blanco porque toma rayos UVA.
Sobre la marcha, mientras algunos intentaban encontrar la fórmula para disfrazar lo que estaba ocurriendo, el alcalde de Armilla ofreció una rueda de prensa, sin Gabi, que sigue refugiado en ese anonimato de segunda fila que dan las dimisiones y que José Luis no tiene porque todavía no se ha ido.
Morales Cara insistió con énfasis en que nadie estaba hablando de cohecho. Efectivamente, hasta que él lo hizo ayer tarde nadie había mencionado -en público- esa palabra. Dio la sensación de que alguno resopló al ver que todo se quedaba en una supuesta prevaricación por duplicado. Poca cosa, sólo unos añitos de cárcel que se podrían canjear limpiando calles y cuidando viejos.
Como lo prometido no me cabe en las deudas, vuelvo a escribir del Nevada, por expreso deseo de los pro-ojistas, que tan molestos están porque la haya tomado con ellos.
El decreto del fiscal no es una minucia y hay que empezar a tomarse en serio las cosas que ahí se denuncian: exceso de altura, ocupación de zonas verdes, licencias ilegales… Y ahora pasará lo que es seguro que suceda, que habrá quien nunca haya respetado la presunción de inocencia y que pedirá respeto para los que -es cierto- aún no están condenados por nada.
Pero lo que no vale es, tras los múltiples indicios, seguir vendiendo la demagogia populista de los puestos de trabajo y cachondearse de la misma justicia a la que piden respeto chuleandole al personal.
El PSOE, que tan firme ha sido en el ‘caso Del Ojo’, tiene que salir en público reprobando la gestión del alcalde de Armilla. Que después será delictiva o quedará en nada. Pero que ya se sabe que no ha sido transparente. Y que la impunidad y los tiempos del compadreo en la gestión pública ya se han acabado.