Aniversario de Jun
Se cumple un año de la ‘okupación’ de Jun. Ahora, que la infantita Leonor ya sabrá decir adiós con la mano y se habrá doctorado en realeza, el tiempo más que el sosiego y el reposo antes que la prisa nos permite mirar atrás sin fábulas ni leyendas. Se cumple el primer aniversario de la herencia de nuestra corona, y el primer año de la ‘okupación’ cibernética, dos realidades virtuales, una más costosa que otra.
Jun tiene un alcalde noble, pero no de la nobleza de ínfulas y sangre tintada, sino de esa nobleza ingenua que necesariamente tienen aquellas personas de las que se puede decir que es un ‘buen tío’. José Antonio ha reconocido que se pudo equivocar, que pudo exagerar un pelín en aquellos días de thriller en los que España bobeaba con Leonor y le llevaba flores a los muertos.
¡Qué carajo! Yo también hubiese sido un poquito José Antonio, como un Moisés que quiere guiar a su pueblo por el evangelio binario de las tecnologías y de pronto se encuentra con una plaga de mosquitos.
Ya hemos oído a alcalde pedir disculpas, una actitud que le honra y le distingue en este baratillo de presuntuosos, por mí primero. Ahora tiene que venir la prensa amarilla, los sensacionalistas, los oportunistas, los cobardes, los jueces, los fiscales… Todos, a pedir disculpas en fila india porque alguna vez la imaginación se nos fue de las manos. Y ese día fue cuando más cerca estuvimos de la realidad.
Del Ojo y sus marionetas
Hoy ha celebrado Ogíjares su pleno municipal, el año I después de José Luis del Ojo. Me imagino al diputado desde el sillón de su casa moviendo las marionetas, diciendo el brazo que hay levantar, la pata que hay que meter, la mano que hay que sacar.
Ha sido mencionar el nombre de Del Ojo -ancho símbolo en mentes estrechas- y se han levantado dos concejales del PP, como los niños que se cabrean si no les dan la pelota; o lo pelotas que se cabrean y se portan como niños, que viene a ser lo mismo. Y allí se ha quedado el pobre alcalde, mirando como los suyos silvaban la retirada.
Me cuentan que se lo están poniendo difícil al bueno de Paco. La situación puede complicarse todavía más. Sobre todo como algún día sea el alcalde el que se levante y deje sentado al resto.