Juan Carlos Benavides denuncia que es víctima de un complot, un ratoncillo en manos de periodista leones y medios de comunicación -en concreto de éste-. Lo curioso es que Benavides hizo estas manifestaciones en la televisión almuñequera, en una entrevista que se ha repetido a lo largo de la última semana más que la morcilla. No deja de ser llamativo que Benavides se autodeclare perseguido por los medios de comunicación cuando su propio hijo dirige un semanario (http://www.publicacionesdelsur.net/semanarios/granada/costa/index.shtml) y goza de bula en la televisión local, la misma donde lanza sus proclamas cada vez que se le antoja, sin censura y sin criterio.
Para Benavides, los que cuestionan sus actuaciones se denominan los ‘medios del régimen’. ¿Cómo se llaman los que amplifican sus alegatos? Tan próximos y condescendientes.
Benavides, ultrajado y vilipendiado, se regodea cuando sus medios afines o simpatizantes ridiculizan a otros profesionales, les insulta y les calumnia. Pero ellos no tienen familia, ni sienten ni padecen. Ni disponen de una televisión donde aparecer con los ojos vidriosos como alma en pena.
Benavides tiene además una legión de correligionarios. Los ha cautivado con su buena gestión urbanística –que le ha valido alrededor de 40 contenciosos de Obras Públicas por supuestas irregularidades–; por su buena gestión económica –la misma por la que se le ha condenado en primera instancia junto a otros diez socios a pagar 3,4 millones de euros por la ruina de Tropical Fruits–.
Yo pensaba que las voluntades y la inteligencia sólo se compraban con dinero. Me equivocaba, Benavides cautiva a la gente con su buen hacer. Qué habilidad.