Me ha parecido escuchar, y aunque estas cosas ligeramente me la refanfinflan, que hay ciertos sectores en el PP y en el PSOE molestos y preocupados por el trato que le dispensan los medios de comunicación, y éste en particular. La estrategia es muy clara: buscar a quien cargarle el muerto porque, uno de los dos, se la va a fostiar irremediablemente en las próximas elecciones.
Andan con listas de agravios, levantando teléfonos con la misma desvergüenza con la que hacían la pelota cuando no eran nadie, vagando por los despachos… haciendo el tonto.
Tendremos la culpa los periodistas de que Torres Vela cuente cosas aburridas, de que en el PP haya francotiradores que no documenten sus denuncias, de que en su día apadrinaran a un pirado que ahora les busca las cosquillas, de que los fiscales investiguen, de que los partidos cobijen a listillos que hayan metido la pata… En definitiva, de que sus mensajes no salgan publicados en los medios de comunicación porque sencillamente no les interesan a nadie salvo a ellos -y si acaso-.
Seremos responsables de que lleven seis meses repitiendo las mismas paridas, de que en sus listas sólo vayan desconocidos porque la gente con carisma huye de este chiringuito de engañabobos, de que estén más preocupados por asegurarse el sueldo que de gestionar el interés público.
Hay ciertos sectores del PP y PSOE llorando por las esquinas, con una teoría de la conspiración despreciable. Pidiendo ayuda a sus hermanos mayores, que andan propagando una campaña de desprestigio lastimera. Son mercaderes peligrosos porque tienen la mente de crucigrama y carecen de escrúpulos.
Que se preocupen de hacer bien su trabajo, que yo el mío sé como hacerlo.