Después de un trimestre cabreado, con el puntapié todavía en el culo de la entrevista pendiente, no tengo más remedio que volver al triunviratum de ídolos de sal que un día tuvo este blog semiclandestino.
Y ahí está Nino, un búfalo refunfuñando en el muermo de agosto que cada día nos movía las entendederas con alguna historia que podía ser de otro. Ahora, en este mes de agosto agostado, solo nos despierta de la siesta el ruido de las cuchillas del cortacésped recycler.
Nino se quedaba de alcalde en funciones y reinaba por treinta días. Tenía que llevarse Pepe Torres la llave de los decretos no fuera a ser que a la vuelta se encontrara firmado su cese.
Pero estas vacaciones todos han volado a paradero desconocido y el que se queda de guardia no te vende ni fiado. En Urbanismo no ha quedado ni el suplente del suplente.
Ya llegará septiembre y vendrán todos como grillos haciendo ruido para entrar en las próximas listas, las de Madrid y las de Sevilla. Menos mal que Antonio Ayllón ha renunciado a su acta de concejal para dedicarse a esta empresa en cuerpo y alma. Que si tiene que esperar a que lo organicen otros… La política está llena de sacrificios.