Yo soy de los que piensa que las noticias deben analizarse desde la perspectiva del tiempo. Hacerlo antes, y más si estás metido en el ajo, puede distorsionar el discernimiento. Por eso ahora, a toro pasado, ha llegado el momento de valorar Expoliva 2009. Antes de que comenzara la feria, con las previsiones encima de la mesa, los dirigentes de Ferias Jaén hablaban de la mejor edición de la Historia. ¿Osadía? Pues es probable, y más con todas las incertidumbres que generaba la falta de aparcamiento, pero lo cierto es que posteriormente los hechos les han dado la razón.

El evento ha sido el mejor porque los diferentes agentes del sector han respondido y porque se ha avanzado de forma considerable en la diversificación de contenidos. Expoliva sigue siendo una referencia para los productores, pero también empieza a serlo para comercializadores y envasadores (con permiso de Alimentaria), y para científicos y estudiosos.

La mayoría de los políticos han estado a la altura de las circunstancias. El Ayuntamiento de Jaén, por ejemplo, está empezando a creer en esa cosa llamada ‘Ferias Jaén’ (pese a la putada de la estación de autobuses), tal y como ha quedado constatado por la presencia permanente de la alcaldesa Peñalver y la concejala Shaw en buena parte de los actos. También me consta que el delegado de Agricultura, Roque Lara, y el presidente de la Diputación, Felipe López, se han empleado a fondo para que todo saliera perfecto.

Los que no rayaron a la altura precisa, bajo mi modesto entender, fueron la consejera Clara Aguilera y el secretario de Estado Puxeu. La primera por la reiteración de su discurso (¿cuántas veces repetiría la buena mujer términos como ‘concentración’, ‘unión’ y ‘promoción’?) y por ponerle las cosas muy difíciles a los periodistas, y el segundo por su habilidad para despejar a córner en asuntos de enorme trascendencia. Sí señor Puxeu, en Jaén nos “emociona” lo del almacenamiento privado porque hay decenas de miles de olivareros que se están quedando en la ruina.