No pudo ser… de momento. Unicajasur tendrá que esperar. El cabildo catedralicio de Córdoba dijo no y Cajasur se inmoló. No hizo falta esperar más de una hora para que el Banco de España interviniera. Lo hizo como acostumbra. Por la noche, en fin de semana, con un comunicado escueto. El objetivo era evitar el pánico. La entidad cordobesa se descuelga, por tanto, del ’emporio’ auspiciado por la Junta de Andalucía y barruntado por Medel, que por ahora sólo ha integrado a Caja de Jaén. Ha pasado una semana de aquello y el asunto sigue estando de plena actualidad. La negativa de Cajasur se ha interpretado desde múltiples puntos de vista, todos negativos. Que si no se ha mirado por el bien de los impositores, que si es un mal ejemplo para los mercados, que si evidencia la debilidad del sistema…
El análisis también puede hacerse desde una perspectiva más localista. A Jaén le interesaba que Cajasur matrimoniara con Unicaja-Caja de Jaén. Y más teniendo en cuenta las últimas exigencias del Banco de España sobre morosidad de los activos inmobiliarios y aprovisionamiento. Los pequeños lo tienen ahora un poco más difícil. Pero Unicajasur suponía, básicamente, una entidad fuerte en un territorio débil. El proyecto tendrá que esperar. Supongo que Unicaja apostará fuerte por ‘comprar’ Cajasur cuando, dentro de cinco o seis meses, salga a subasta tras completarse el proceso de saneamiento. No será la única. CajaGranada, Banco de Sabadell… la nómina de potenciales pujadores será amplia y variada.
¿Qué suponía Unicajasur para Jaén? Pues un antes y un después en el panorama financiero. Según los datos de la Confederación Española de Cajas de Ahorro, Unicajasur nacía con una cuota de negocio de más de 53.000 millones en activos -créditos- y casi 40.000 en pasivo -depósitos-. Otros números importantes: unos 200.000 clientes en Jaén y 372 sucursales. Casi ‘na’, que dirían en mi tierra. Aquello fue el sueño de una noche de verano.