El magistrado José Cáliz Covaleda ha dictado sentencia condenatoria de nueve años y un día de prisión contra Donate Cortés por tráfico de drogas dentro de la cárcel. Le aplica la atenuante de dilación indebida de la Justicia por demoras de unos cuantos meses. Al mismo magistrado preside el tribunal del jurado que juzga a Francisco R.R. por la muerte de su vecino de lindes en Torreperogil, Salvador Frías. Espeluznante lo que se ha escuchado esta mañana en la Audiencia. La clave para dilucidar si Francisco es culpable de homicidio (como admite él mismo) o de asesinato es averiguar si Salvador estaba o no muerto cuando Francisco lo roció con gasolina y le pegó fuego. “Estaba vivo, tuvo que retorcerse de dolor”, dice el Fiscal. La defensa sostiene que ya lo había matado antes, con un golpe de escardillo o de hacha. ¿A qué viene lo de la dilación indebida? En 2003 Francisco había denunciado a Salvador por correr los mojones linderos y arrancarle unas cepas. El juicio se había fijado para 2008. Cinco años después. El crimen ocurrió el 29 de mayo. Un mes antes de la fecha señalada para resolver el pleito de lindes. Francisco ha dicho al tribunal que esa circunstancia le había provocado “odio, dolor,sufrimiento. Un volcán de dolor”. Y no dudó en señalar que “la lentitud de la Justicia influyó y mucho” en que acabase matando a su vecino.