A partir del día 28 de este mes, este tranquilo pueblo, situado a media hora en coche de Roma, será el foco de la atención mundial. En una de sus plazas se encuentra enclavado el palacio propiedad del Vaticano, donde los pontífices pasan su periodo de descanso estival, a orillas del lago Albano. Este palacio posee derechos de extraterritorialidad y es administrado por la Santa Sede, siendo la residencia de descanso del Papa. El complejo contiene también el Observatorio Vaticano, que cuenta con un telescopio en la azotea. Desde los balcones del palacio se observa el lago y en sus terrenos que alcanzan unas 55 hectáreas se encuentran los renombrados jardines papales. Pero el pueblo en si también tiene encanto y merece un paseo y una buena comida, en alguno de sus restaurantes. Por ejemplo en Antico Ristorante Pagnanelli. También puede tomar una pizza en Il Grottino o en alguna taberna del pueblo. Un lugar apacible, con maravillosas vistas y con mucha historia y color