EL PICANTE
Esta es una técnica que usan algunos “malos” camareros. Ya sean hombres o mujeres, procuran no mirar a los clientes, para que estos no los vayan a solicitar. Los hay en la barra con los ojos fijos en sus pies y los oídos sordos. Y los hay en sala, con mirada perdida al infinito, eludiendo contra viento y marea que se le vaya la mirada a una mesa con clientes. Estos individuos dan una pésima imagen y no deberían trabajar en este gremio que se trata de vender y ofrecer buenos ratos a la gente.