Una de las preguntas más habituales que me hacen como crítico gastronómico, es si me gustan las hamburguesas. Mi respuesta es afirmativa. Lo que sucede es como con los vinos, solo unas pocas son buenas. Los demás, y de algunas empresas concretas solo son un paripe. Las que hace este restaurante ha sabido mantener, gracias a Armando, que heredó las buenas recetas de su amigo y anterior propietario francés, desde hace 50 años que abrió un local con platos diferentes. Hay toques de cocina francesa, cuscú por encargo, carnes y bar de tapeo