A solicitud de unos gratos lectores les cuento sobre esta simpática fruta otoñal que se vende en los puestos de solera, con un canuto de caña, para lanzar sus huesos a los “bullarengues”. Busco las singularidades de las almencinas y encuentro que según internet (que es muy mentiroso también) define y llama al fruto como una drupa conocida por almeza, almecina o latón, entre otros, comestible y de sabor agradable.