Cuentan que los antiguos romanos lo utilizaban como alimento, pero también como medicina. En la Edad Media fue considerada “el medico de los pobres”. Hoy, en nuestros días, la vemos formas parte de infinidad de ensaladas y guarniciones de variados platos. Su color violáceo se debe a la presencia de un pigmento llamado antocianina. Tiene alto contenido de potasio y calcio y vitamina C, entre otras. No engorda.