A veces estoy a punto de finiquitar este blog semiclandestino, de recetarle una rectoscopia en la Seguridad Social, de mandarlo a hacer puñetas. Ese artículo lo titularé ‘Epílogo’, que fue como llamó Muñoz Molina a su última colaboración en el Semanal, y hablaré de las miserias, de los sinvergüenzas y los cretinos -tal vez vaya por ti-. Ese día me pegarán una patada en el culo y me quedaré tan pancho. Pero sucede, cuando uno está a punto de rendirse, que alguien te dice que lee tu blog y entonces tú te confundes y te crees que lo lee todo el mundo, y sientes una necesidad furibunda de comunicar y de contar cosas que no quieren que se sepan y muchas otras que no les interesan a nadie. Te sientes ese día como cuando recibes un esemese de alguien distante. A mí me mandó uno la delegada de Bienestar Social el día de la Mujer Trabajadora: ‘En el trabajo de conseguir la igualdad de oportunidades, tu eres imprescindible. Muchas gracias y sigue en el empeño’. Y uno se cree entonces que su trabajo de periodista cumple una función social, por no pensar que el mismo texto le ha llegado a tropecientas personas. El esemese que me gustaría que me hubiese llegado es el que difundió en cadena un alcalde del PP cuando el follón de Valero en el pleno de la Diputación: ‘Por accidente, Zapatero presidente. Y tiene ‘valor’ de decirlo nuestro compañero Vicente’. Eso sí que es un mensaje de calado y empaque. Me pregunto si en la cadena ‘móvil’ del PP entró Nino García-Royo, el hombre que más habla por teléfono aunque cuando le llamas al móvil nunca lo coge, así que estará hablando con otro, con otro que no soy yo. Por cierto Nino, que están los sindicatos que trinan porque estás recogiendo firmas para saber quiénes van a participar en la huelga de mañana. Otro día hablaré de Nino-García Montero y el Circo.