Si en la prensa granadina diésemos galardones a la simpatía de los políticos, casi seguro que Nino García-Royo se llevaría el premio limón agrio -sigue leyendo Nino, que en realidad este artículo va a tu favor-. Los méritos son sobrados: plantones, un portavoz esquivo, desplantes… Pero a menudo, que quieren que les diga, prefiero la […]