Anda el personal muy nervioso, revuelto, con los testículos en las amígdalas; y en lugar de preocuparse por hacer algo productivo, se inquietan cuando les descubren sus vergüenzas y se siguen tocando aquello que dos frases antes se les había subido a la altura de la garganta. Efectivamente, los políticos se preocupan más por renovar su puesto que por ganárselo. Andan nerviosos… y lo que te rondaré morena. En el año queda para las elecciones van a brotar escándalos y corruptelas como botellines de cerveza. La semana pasada hubo una reunión en la cafetería del Hotel Hesperia, detrás de la plaza del Carmen, donde tantas veces hice las paces con Nino García-Royo antes de volver a pelearme. Me cuentan que asistieron un alto miembro de la ejecutiva local socialista, del nivel jerárquico de Ángel Gallego, por ejemplo, un jurista y una tercera persona que no viene al caso. Sobe la mesa se pusieron informes y expedientes sobre algún dirigente del PP en el Ayuntamiento, del que han recortado la foto y le andan haciendo vudú hasta que se rinda. Yo no sé si los documentos son comprometedores porque no los he visto, aunque sí me han contado de qué van. El PSOE tampoco las tiene que tener todas consigo cuando no le ha dado riendas sueltas al presunto escándalo, que estaba previsto que se destapara esta semana. La función, en estos tiempos de circos marchitos, no ha hecho nada más que empezar.