En esta tierra de María Santísima y beatería de purpurina los mismos que claman al cielo por que se investigue con células madre se rascan la panza cuando los rumanos duermen en la calle. A mí no se me zarandea el corazón con los rumanitos -seré honesto-, pero tampoco llevo al juzgado los embriones.
En la calle siguen los rumanos. Como me lo dicen lo cuento y no sé más: parece que un miembro del Ayuntamiento prepara un viaje inminente a Rumanía.
Y en este blog seguimos con libertad el juicio de alcalde de Atarfe. Mañana serán las conclusiones. Y me adelantan que han preparado hasta un power point para presentarlo en el juicio.