Zapatero se ha atrevido a meter el estilete en Radio Nacional, con el mismo plan que Aznar tal vez tuviera en mente pero prefirió tentarse la ropa. Yo miro a mis compañeros de la emisora de Granada y no veo que ninguno lleve una vida de dispendio y despilfarro que me haga pensar que son ellos precisamente el ‘agujero’ contable de la RTVE. Para ellos habrá una indemnización cicatera, una prejubilación o un micrófono a 500 kilómetros de donde se educan sus hijos. Otros se largan con indemnizaciones millonarias al tercer número de su bodrio de programa. Tal vez sean ellos los que descuadran unas cuentas que nunca han cuadrado más que cuando convenía, pero parece más rentables financiar a manos llenas los amoríos de un famoso presentador que mantener un informativo local. Me decía un compañero de los de Granada que todavía está esperando una llamada de algún dirigente granadino del PSOE, los mismos que tantas veces les han telefoneado para que le limpien las babas cuando querían contar en las ondas una de sus chorradas, en ésas en las que pensaban mientras otro metía la mano en los fondos de la RTVE. Los compañeros de Radio Nacional en Granada preguntan en cada rueda de prensa y nadie del PSOE se atreve a romper la disciplina de partido para decir firmemente que están con los trabajadores, no con los recortes de plantilla que planean los que no se arriesgan a poner orden en las corruptelas que tienen alrededor, en los nidos de serpientes que agujerean las carteras del erario público. Lo peor es que el PSOE no cogerá una pancarta para defender la emisora granadina porque tienen otros micrófonos que hablan con la boca prestada.