El primer artículo de estatuto de mi propia ‘realidad nacional’ dice claramente que haré todo lo posible para no levantarme antes de las diez de la mañana. Por eso estoy empezando a cogerle manía a Nino y a sus obras en la calle Molinos, que me están haciendo traicionar con dos horas de antelación mis principios estatutarios. Cada día, a eso de las ocho de la mañana -prefiero las horas taurinas- me despierta un canto de sirenas roncas, de taladradoras que perforan mis tímpanos sensibles a los despertadores mudos. Ahora andan deshaciendo lo que hicieron para Semana Santa; lo de las obras en calle Molinos darían para un blog exclusivo. La primera parte la hicieron mal y tendrán que levantarla y la segunda la remataron de forma chapucera y ahora vuelven a remover el hormigón para acabarla en condiciones. Pero no voy a recriminar a Nino estas chorradas que aturden mi realidad nacional un pelín floja, que ya tiene el edil de Urbanismo lo suyo con lo de la Gerencia. Me cuentan que por primera vez en mucho tiempo están todos los funcionarios unidos, que algún colegio profesional puede impugnar la relación de puestos de trabajo, que van a empapelar los pasillos… un zafarrancho. Por el camino, también me dicen que Nino se escabulló y evitó acudir a la reunión con los funcionarios donde tenía que dar explicaciones por los comentarios que había hecho sobre una trabajadora que se encuentra de baja. Lo mismo que le sucedió a Manuel Morales (IU) cuando su rifirrafe con la Policía. Pero García-Royo adujo un informe técnico para no tener que comparecer. El alcalde no ha querido hoy hablar del tema. Mañana habrá una rueda de prensa del PSOE sobre todos estos asuntos. Sale a escena Chema ‘El Duro’, la lengua ‘sin perdón’ del PSOE.