Lo que no debe faltar es una botella de champán o cava. Pero el champagne, en este caso francés de gran prestigio. Menos “visto” que el Moet y además de propiedad española, crea una atmósfera especial. Siempre que no se lo ofrezca a su pareja con los postres dulces. Tómenlo desde el aperitivo. Bien frío y en copa de “flauta”.