No se si conocen ese chiste del caballo que entra en un bar y pide una copa de vino tinto. El camarero se la sirve. El caballo se la toma, pide la cuenta y paga. Antes de salir, el camarero, en plan amable le dice al caballo” ¿Pocos caballos vienen a tomarse un vino por aquí…? Y el caballo le responde: “…y menos que van a venir con estos precios”. Y esto sucede en muchos restaurantes y bares que se les olvida que el cliente ya puede ver los precios reales del vino en internet o en las tiendas y grandes superficies. Ciertamente el negocio (por eso se llama así) tiene que ganar dinero por poner la copa, servicio, adquisición previa, etc. Pero ahora los vinos se compran, en muchas ocasiones en cajas de seis o de menos. Por tanto la inversión previa puede ser la que el restaurante quiera. Se acabó hace muchos años lo de comprar un palé. Además, tal y como está el patio, en muchos casos por el precio excesivo de algunos hosteleros aplican a su vinos, las bodegas por vender te regalan una caja por la compra de otra o mil y una oferta. La norma habitual de aplicar el 300% a la botella se ha rebajado en algunos sitios, pero otros siguen con precios abusivos. Yo he visto en carta el precio de una botella que vale puesta en el local 3,50 venderla a 28 euros. Bueno, intentar venderla, con el consiguiente riesgo de que el vino evolucione y se deteriora con el tiempo. Y si además no se conserva en una cámara especial, el tiempo de vida se acorta mucho más rápidamente.