Es curioso que nadie haya salido a la palestra a defenderse frente al documental que el otro día en la Sexta investigación”, puso a caer de un burro la calidad de ciertos jamones que se hacen acogidos al prestigioso sello de Guijuelo salmantino. Lo mismo sucedió cuando este espacio de investigación televisivo dio datos e imágenes de como empresas españolas y andaluzas conocidas compraban en Marruecos aceites de oliva muy dudosos y poco garantizado en higiene y cultivo con pesticidas, etc . Luego, con toda tranquilidad lo traían a España y lo envasaban como si fuese de nuestra tierra. Si ha leído bien y hay está la videoteca de La Sexta para poder corroborarlo. Y ahora ha sido el jamón, que gracias a la nueva ley, ha puesto al descubierto miles de perniles presuntamente cuya raza no es ibérica de verdad. El tipo de alimentación que le dan al porcino y el régimen de continua estabulación (cochiqueras llenas de excrementos donde no llega jamás la luz) ajeno totalmente a la norma de montanera imprescindible para la cría de una hembra a su camada. Se calcula que puede ser de una hectárea por marrana y sus cerditos lo que se necesita. Y lo que les escandalizaba mucho es que en la comarca de Salamanca no había apenas granjas de cerdo. Yo les propongo que se den una vuelta por donde ustedes saben, nada lejos por cierto, y lo único que verán son camiones con perniles de cerdo blanco que llegan de mataderos de fuera en busca de buenos aires serranos.